sexta-feira, 16 de março de 2012

España ve injusta la actitud de Brasil en la disputa migratoria y llama al diálogo

Otros cuatro españoles fueron rechazados en São Paulo y devueltos a Madrid

El Gobierno español considera "injusto" el trato que está recibiendo de Brasil con motivo de la recién reabierta guerra de expatriaciones de visitantes entre ambos países. Pero lo importante, según la representación diplomática en Brasilia, es dialogar y templar ánimos para que el conflicto pueda resolverse y, en todo caso, no acabe dañando una relación bilateral por lo demás "excelente". Mientras, las autoridades migratorias de Brasil siguen rechazando y devolviendo a Madrid a españoles que llegan de vacaciones o a sondear empleos.

Los medios, y en menor medida el ejecutivo del país sudamericano, lanzaron su ataque a España la semana pasada, a raíz de la inadmisión, retención por tres días y devolución a São Paulo, desde Barajas, de una mujer de 77 años, Dionisia da Silva, que no reunía los requisitos para entrar.

La anciana carecía de la carta de invitación que, a falta de reserva de hotel, precisaba para visitar a su hija y su yerno en Madrid. El motivo, soslayado en las primeras informaciones publicadas en Brasil, fue que dichos familiares no le habían podido tramitar los papeles porque estaban en situación ilegal en España, y pendientes de expulsión, según admitiría el consulado brasileño.

Algunos diarios locales hablaron de "crueldad" de los agentes de inmigración para con la señora. Los ministros brasileños de Exteriores y de la Mujer, Antonio Patriota y Eleonora Menicucci, pidieron explicaciones oficiales a España por los aparentes "malos tratos" a Da Silva.

En realidad, la anciana permaneció tres días en la sala de alojamiento disponible en Barajas porque rechazó la posibilidad de viajar a las pocas horas de su inadmisión pagándose otro billete. Según fuentes oficiales, Da Silva recibió atención médica y pudo disponer de los servicios de asistencia social, intérprete, manutención y aseo que se ofrecen a los pasajeros en su situación en Barajas: unos servicios bien valorados por los inspectores de inmigración brasileños que fueron invitados a visitarlos a raíz del inicio del conflicto en el 2008; unas facilidades que, según esas fuentes y otros testimonios, superan con mucho las ofrecidas en Brasil.

Una semana antes del caso Da Silva, el 2 de marzo, la Inmigración de São Paulo había inadmitido y devuelto a Madrid a dos de los seis visitantes españoles a los que separaron de la fila del pasaporte para pedirles pruebas de alojamiento, disponibilidad de dinero y billete de vuelta. A uno de los expulsados lo rechazaron por no tener visado de trabajo aunque sólo iba a una feria.

El Gobierno del país sudamericano había avisado de que endurecería las exigencias a los turistas españoles -no del resto de la UE- en "reciprocidad" al rigor aplicado a los suyos en Barajas. Pero aseguró que lo haría desde abril. Lo sucedido el 2 de marzo demuestra que Brasil decidió adelantar la medida por sorpresa.

El pasado fin de semana, los agentes de Inmigración de São Paulo volvieron a la carga y devolvieron a Madrid a otros cuatro españoles. En uno de los casos, los funcionarios exigían al visitante demostración de que tenía pagado el hotel, cuando lo que normalmente se pide es la reserva y, como mucho, el primer día pagado.

El número dos de la embajada española, Juan José Buitrago, insiste en llamar al diálogo. Lamenta la "imagen injusta" de España que están proyectando en Brasil, pero apuesta por controlar daños y que la pelea no pase a mayores.

Aunque en teoría el filtro establecido por Brasil sólo afecta a los turistas españoles, de hecho dificulta la entrada de los muchos que acuden allí en busca de oportunidades de empleo.

Fuente: Lavanguardia.com

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