La palabra retumba a diario en millones de cabezas: crisis. Y en los cerebros de la que pasa por ser la generación mejor formada en España viene acompañada de otra: extranjero. Con la tasa de desempleo juvenil cercana al 50% (48,56%), duplicando la media europea, los jóvenes han empezado a abrir puertas en busca de un mercado laboral para el que ya no entienden de fronteras. Y se puede empezar a hablar ya no de fuga, sino de éxodo de cerebros.

En un país que roza los cinco millones de parados, el pasado 2011 cerró por primera vez en 10 años con un saldo migratorio negativo, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Salieron de España más personas (507.740) de las que entraron (417.523). Entre los primeros, miles de jóvenes que han ayudado a que el número de residentes españoles en el extranjero se haya incrementado en más de 300.000 personas desde el comienzo de la crisis, según el Censo de Españoles Residentes en el Extranjero.

Los nuevos emigrantes parecen no buscar un Dorado."De lo que sea" es una de las respuestas más escuchadas en agencias especializadas en búsqueda de empleos en el extranjero.

El perfil, jóvenes de entre 25 y 35 años, con un currículo cualificado y sin cargas familiares. Actualmente, a pesar de que no hay datos oficiales, los expertos señalan como principales destinos a los que ya se veían abocados nuestros abuelos: Alemania y Francia. Pero los países emergentes empiezan a cobrar fuerza.

Alemania busca ingenieros y la oferta francesa se centra en fisioterapeutas y enfermeros, algo que también pide Gran Bretaña. Otros países que empiezan a cobrar fuerza son los de Europa del Este, especialmente Polonia, que demandan perfiles técnicos. También Noruega, una opción para los médicos. César Castel, director de operaciones de Adecco Professional destaca que el problema principal en estos últimos destinos es el idioma. "Conocimientos los tenemos, pero en lengua aún nos falta. El inglés es fundamental, pero ya con un segundo idioma...", añade para destacar la importancia de la especialización.

Europa está ahí, pero los expertos también destacan el papel emergente de Brasil o Argentina. Y sin barrera idiomática por el medio en el segundo caso. "Cada país depende de su modelo para pedir una cosa u otra", explica Joaquín Nieto, director de la Oficina de Organización Internacional de Trabajo en España. "Las cualificaciones deben ser repensadas, hacerlas atractivas para el estudiante". Y el refuerzo de los servicios de empleo. "En Alemania hay una persona (del servicio público de empleo) por cada 90 jóvenes, y quieren reducirlo a 60. En España, por cada 400. Y lo saben hacer, pero faltan medios".

A la hora de lanzarse a emprender la aventura en el extranjero, los expertos recomiendan contactar con la Embajada del país, o herramientas en Internet como la Red EURES o el portal FUE, promovido por la Cámara de Comercio de Madrid con los portales de empleo de cada país.

Los jóvenes afrontan un futuro incierto por culpa de la crisis económica y , aunque" en el mundo es pronto para hablar de una generación perdida, la posibilidad está ahí", explica Joaquín Nieto. No obstante, en el contexto actual, la posibilidad de encontrar trabajo en el extranjero pone algo de luz al final del negro túnel.

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