Por Juan Valencia - Salvador (Brasil) 12/02/2012
"El primer contencioso internacional le ha llegado por sorpresa al nuevo ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo. El país enemigo no es otro que Brasil, con el que el Gobierno pretendía estrechar relaciones, tal y como sentenció el presidente Mariano Rajoy días después de su investidura.
Desde el lunes 2 de abril los requisitos a todos los turistas españoles que visiten Brasil se endurecerán “en reciprocidad" con lo exigido a los brasileños que viajan a España, y tras años de reclamaciones por el número de personas rechazadas por agentes de Policía dependientes de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras. El año pasado, hasta el mes de agosto, no fueron admitidos en territorio nacional un millar de brasileños.
El Consulado General de Brasil en Madrid ya ha publicado en su página web las nuevas exigencias. En 2011, 180.000 turistas españoles llegaron a Brasil de vacaciones y otros 100.000 compatriotas residen actualmente en el país. Mientras, en España viven hoy por hoy 80.000 brasileños.
Las rigurosas medidas sólo se aplicarán a los españoles, no a otros ciudadanos europeos, debido a que, según el Gobierno de aquel país, en España aplica esos requisitos con mayor intensidad y el número de brasileños cuyo ingreso es rechazado es mucho mayor. Serán los agentes de la Policía Federal de Brasil quienes se encargarán de que los turistas españoles cumplan los siguientes requisitos:
1) Pasaporte en vigor (mínimo seis meses), algo que ya se contemplaba en la actualidad
2) Billete aéreo de ida y vuelta (la fecha de regreso debe estar ya confirmada);
3) Comprobante de medios económicos suficientes para manutención durante la estancia del turista en Brasil. El valor mínimo corresponde a R$ 170,00 (170 reales) -aproximadamente 80 euros al día- que deberán ser comprobados mediante presentación de tarjeta de crédito y su última factura, para verificación del límite;
4) En caso de hospedaje en hotel: documento comprobatorio de reserva (ya pagada) del hotel o;
5) En caso de hospedaje en residencia particular: carta invitación de un particular residente en la ciudad brasileña de destino, informando el plazo de estancia del turista español, con firma del declarante compulsada en notario (brasileño), acompañada de comprobación de residencia emitido a nombre del declarante.
Brasil tiene por tradición exigir reciprocidad en normativas aplicadas por otros países a sus ciudadanos. Así, por ejemplo, exige visado a los estadounidenses que visitan el gigante sudamericano. La mejora de la situación económica ha posibilitado que cada vez viajen más brasileños fuera del país, turistas que, además, gastan mucho. En Nueva York, por ejemplo, el año pasado fueron el tercer país en número de turistas a la Gran Manzana.
“Detenidos durante días por la Policía española”
La polémica se lleva arrastrando años. El senador Renan Calheiros recordó recientemente en el Senado brasileño el caso de los universitarios alagoanos Pedro Luiz Lima y Patricia Rangel, “detenidos durante dos días por la Policía española”. Era febrero de 2008. “En aquellos días se llegaron a realizar muchas inadmisiones”, sentenció Calheiros, lo que llevó al ex presidente Lula a formular una reclamación a Durao Barroso.
El ex presidente del Senado de Brasil entre 2005 y 2007 relató en la Cámara el caso de la estudiante Marilia Reis Guilherme, de 24 años. “Viajaba a Portugal y su avión hacía escala en Madrid. Sin explicaciones la estudiante fue detenida. Llevaba dinero para pasar 27 días en Portugal, pasaporte, comprobante de la reserva de hotel y seguro de salud válido para 27 días, dos tarjetas de crédito internacional, pasaje de ida y vuelta, declaración de estancia turística y comprobante de matrícula en la Universidad Federal de Alagoas. Aún así fue retenida 48 horas por las autoridades españoles, sus bienes confiscados arbitrariamente, no tuvo acceso a su medicación por su alergia y para comunicarse con su familia tuvo que pagar una tarjeta de cinco euros ya que no le dejaron usar su móvil. La inmigración española le impidió seguir el viaje debido a que no llevaba una carta de invitación”.
A partir del 2 de abril veremos cómo actúan los agentes de la exigente Policía Federal de Brasil. La patata caliente la tiene ahora el Ministerio de Asuntos Exteriores de Margallo. España aplica a los brasileños los requisitos de los 26 países europeos que se adhirieron al Espacio Schengen, que unifica los controles fronterizos externos. En 2007, se negó el ingreso a España a 3.013 brasileños; en 2008, a 2.196; en 2009, a 1.714; en 2010, a 1.695; y en 2011, a 1.005 (datos hasta el mes de agosto), según la cancillería brasileña."
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